viernes, 12 de noviembre de 2010

LA MUJER DE LA NARIZ BOMBILLA



Aquella señora tenia una nariz-bombilla que se encendía y apagaba según su estado de ánimo De noche iluminaba el comedor. Lo malo es que cuando estornudaba la bombilla estallaba.
Este era un mal que la acompañaba desde la cuna y que le había complicado y arruinado completamente su vida. Se había convertido en el hazmerreir de todos, siempre era el centro de miradas curiosas y burlonas, su apelativo siempre sería , ¡ "la mujer payaso!".
Al pensar en ello, se entristecía y no podía contener las lagrimas que resbalaban por su iluminada nariz.
Desde su tierna infancia sus padres lo habían intentado todo, visitaron las consultas de los más célebres doctores en busca de una solución, gastaron una fortuna en remedios que no remediaban nada y que tan solo conseguían agravar las cosas; su dulce y regordeta pequeña parecía un triste y viejo semáforo a punto de estallar.
Los intentos por evitar que la niña se resfriara resultaron en vano, María era asmática y sus continuas crisis , a pesar de la medicación, complicaron la vida en aquella casa, el alboroto que acompañaba a las repetidas explosiones de su apéndice respingón destrozaban todo a su paso, su angelical carita siempre estaba dibujada por cicatrices de todas formas y maneras que nunca alcanzaban a sanar del todo.
El tiempo transcurrió e inevitablemente , nuestra protagonista creció al tiempo que aumentaba su nariz y el alcance de sus explosiones; sus queridos padres murieron y desde ese momento se vio sumida en la más absoluta de las soledades.
Embargada por esta desagradable situación intentaba buscar salidas, procuraba quererse tal y como era, acudió a la consulta de varios psicólogos que con sus "blas blas blas"y sus consejos no lograron aportarle nada; ella les escuchaba ardientemente y ponía en práctica sus ideas pero la maldita, renuente y acomplejada sociedad la rechazaba una y otra vez, no alcanzaba a integrarla en su seno como una más. ¡Esta última debería haber sido la receptora de la terapia psicológica!.
Parecía haber perdido toda esperanza cuando un día navegando por Internet se topó con la publicidad de un famoso cirujano plástico que podría tenderle la llave para mitigar su terrible angustia.
Cogió precipitadamente boligrafo y papel y con manos temblorosas anotó la dirección y el teléfono de su consulta. Al día siguiente se puso en contacto con él, una amable enfermera descolgó el auricular y la emplazó con el doctor al día siguiente, a primera hora de la tarde.
Desempolvó su mejor ropa, se compuso lo mejor que pudo y se encaminó aceleradamente hasta la clínica, notaba como el corazón le palpitaba, parecía como si le estuviese a punto de estallar. Los minutos en la sala de espera le parecieron eternos hasta que al fin escuchó su nombre. Dentro el médico la recibió de manera muy amable y cordial, la tranquilizó y la hizo tumbarse en una fría camilla donde la examinó.
Sentada frente a su escritorio escuchó de sus pincelados labios la complicada y delicada operación que debería practicarle, la lenta recuperación a la que se vería sometida , garantizándole, con toda seguridad en su diagnostico. un 90% de posibilidades de éxito.

-Usted tiene la ultima decisión, puede pensárselo todo el tiempo que desee
.
Fueron las últimas palabras que pudo atinar a escucharle y que quedaron grabadas en su cabeza, la emoción la embargaba y no atinaba a articular palabra.
Salió de allí exultante de alegría, todo iba sobre ruedas salvo por el hecho de que no contaba con los suficientes recursos económicos para hacer frente a la costosa intervención. Así que una vez atravesado el umbral de su casa se volvió a hundir en la más honda de las tristezas.
Pasados unos meses, en una fría y lluviosa mañana del mes de Enero, y practicando zaping frente al televisor, halló la solución a sus problemas financieros, bastaba con presentarse a uno de esos programas lastimeros cuyo objetivo es herir y despertar la fibra sensible de los espectadores para que suelten. sus ya mermados bolsillos por la crisis . en pro de una buena causa.
Así lo hizo, su tema despertó una gran espectación a nivel nacional, la cadena reventó índices de audiencia con los prodigios de su nariz, pero a ella , ya este circo, le importaba bien poco, habia cumplido con creces su objetivo y sería una de las últimas veces que levantaría sonrisas despiadas en las caras de sus conciudadanos.
La intervención a la que fue sometida fue un éxito, su vida cambió para siempre con su nuevo aspecto y a partir de aquel momento se consagró a traves de diferentes Asociaciones a ayudar a los menores que han tenido la desgracia de nacer con una de esas enfermedades raras de las que tan poco se conoce y a cuya investigación y cura se dedican tan poco dinero.