A veces
mientras duermo sueño, siento sensaciones de mi Infancia, pinceladas de mi vida; más cuando despierto alborozada descubro que ya nada es rel y rompo a llorar.
A veces
pienso, me emociono, río, observo, bailo, canto, me enfado, grito, enfermo, paseo, tiemblo de frío, me estremezco.......bonitas señales, inequívocas de que estoy viva.
A veces
al pasar delante de la puerta del Instituto de mi juventud, me veo alli, de pie, frente a la cristalera, envuelta en ese dichoso abriguito marrón, cuyos bolsillos estaban repletos de complejos adolescentes.
A veces
recuerdo con dulzura mis primeros escarceos amorosos; ese mi primer noviete, muchacho formal que rezumaba amor y al que, ¡pobrecito!, yo di calabazas. ¡Simplemente me asustó!, le dí la espalda, salí corriendo y nunca más volví a saber de él.
Aveces
al escuchar un vals, ensueño y me convierto en una princesa de cuento que flota en los brazos de su amado.
A veces
me gustaría tener un cuerpo "10", medidas 90-60-90, y una cuenta repleta de euros.
A veces
creo que las mujeres no deberíamos tener tan desarrollado nuestro instinto maternal, sufriríamos menos y seríamos más felices.
A veces
siento miedo ante la placidez de mi vida; y desearía que nada cambiase y que todo se mantuviese en su rutina diaria.
A veces
pienso que tengo mucha suerte, porque disfruto de una familia maravillosa, que da sentido a mi vida y pincela de colores y sonidos placenteros los momentos y recovecos de mi día a día.
A veces
pienso en Charo, y en todas mis buenas amigas y me reconforta haberlas conocido.
A veces
chiribiteo cuando escribo y leo, me siento feliz. ¡ No necesito nada más!, ¡es así de simple!.
A veces
muchas veces, es mejor no pensar, para sentirse libre.
mientras duermo sueño, siento sensaciones de mi Infancia, pinceladas de mi vida; más cuando despierto alborozada descubro que ya nada es rel y rompo a llorar.
A veces
pienso, me emociono, río, observo, bailo, canto, me enfado, grito, enfermo, paseo, tiemblo de frío, me estremezco.......bonitas señales, inequívocas de que estoy viva.
A veces
al pasar delante de la puerta del Instituto de mi juventud, me veo alli, de pie, frente a la cristalera, envuelta en ese dichoso abriguito marrón, cuyos bolsillos estaban repletos de complejos adolescentes.
A veces
recuerdo con dulzura mis primeros escarceos amorosos; ese mi primer noviete, muchacho formal que rezumaba amor y al que, ¡pobrecito!, yo di calabazas. ¡Simplemente me asustó!, le dí la espalda, salí corriendo y nunca más volví a saber de él.
Aveces
al escuchar un vals, ensueño y me convierto en una princesa de cuento que flota en los brazos de su amado.
A veces
me gustaría tener un cuerpo "10", medidas 90-60-90, y una cuenta repleta de euros.
A veces
creo que las mujeres no deberíamos tener tan desarrollado nuestro instinto maternal, sufriríamos menos y seríamos más felices.
A veces
siento miedo ante la placidez de mi vida; y desearía que nada cambiase y que todo se mantuviese en su rutina diaria.
A veces
pienso que tengo mucha suerte, porque disfruto de una familia maravillosa, que da sentido a mi vida y pincela de colores y sonidos placenteros los momentos y recovecos de mi día a día.
A veces
pienso en Charo, y en todas mis buenas amigas y me reconforta haberlas conocido.
A veces
chiribiteo cuando escribo y leo, me siento feliz. ¡ No necesito nada más!, ¡es así de simple!.
A veces
muchas veces, es mejor no pensar, para sentirse libre.