viernes, 19 de marzo de 2010

EL SECUESTRO




Aquella noche no dormí demasiado bien, me encontraba muy nerviosa e intranquila, viajar en avión no era de mi agrado y menos hacerlo sola; mis padres se divorciaron cuando apenas yo contaba tres años, mi padre de nacionalidad Española fijó la residencia en su país natal y desde entonces nuestra relación ha sido poco fluida.

Mi madre en un intento de acercarnos pensó que sería una buena idea que pasara las vacaciones con él, a mí, la verdad, no me lo parecía igualmente, eso de tener que dejar a mis amigos, a mi novio Jean, en absoluto me hacía ninguna gracia, pero claro había que contentar a mamá.

Así que, a eso de las 9, salté de la cama dispuesta a hacer un gran esfuerzo para terminar mi maleta, una bonita y original maleta de topos de colores que mi amiga Jacqueline me había regalado por mi cumpleaños, ella era mi mejor amiga y esperaba que su regalo me trajera suerte.



De camino hasta el aeropuerto Charles de Gaulle, observaba fijamente a mamá, su preciosa y cuidada melena pelirroja, sus finos rasgos, sus esbeltas curvas,resultaba una mujer atractiva, pretendientes no le faltaban, nunca entendí porque papá la dejó. Llegamos al parking sobres las 17 horas, la salida estaba prevista a las 19:30, embarcamos el equipaje y las dos nos sentamos a esperar "ma dèparture", la calor de fuera, estaba silenciada aquí por los efectos de potentes aparatos de aire acondicionado.

Yo continuaba intranquila y mamá me repetía una y otra vez dándome palmitas en la espalda:



-Allons, ma petite ca va bien, no te preocupes, todo irá bien, ¡tu vas t'amuser!.

¡No estaba tan segura!, apenas conocía a papá, mis recuerdos a su lado bailaban en mi memoria. Para no aburrirme, durante la espera, me pareció divertido observar y analizar, la psicología me fascinaba, a algunos de los pasajeros con quienes compartiría vuelo.

Frente a mí y enredados el uno al otro, besuqueándose y susurrándose al oído palabras de amor se encontraban una joven pareja, al otro extremo de la sala un pulcro y enrevesado hombre de negocios no paraba de hablar y dar instrucciones por su teléfono móvil, una pareja de jubilados, un jaleoso y estruendoso grupo de estudiantes que según pude alcanzar a escuchar de sus conversaciones viajaban hasta Madrid para realizar un curso de Español, un joven matrimonio intentando poner orden entre sus "quatre enfants"que no paraban de chincharse y pelearse, un atractivo y apuesto joven; de pronto y de manera instintiva desvié la mirada hasta una linda muchacha, de ojos azules, cabello marrón y mirada perdida que mostraba un aspecto descuidado y desaliñado, colgaban de su cuello varias medallas, un rosario de cuentas color marfil y de su espalda una extraña mochila de tonos marrones, caminaba tropezándose con sus pies, de una punta a la otra de la sala, frotando entre sus sudorosas manos, al parecer y como pude comprobar más tarde, una estampilla de La Virgen de Lourdes esos detalles me hicieron pensar que podía tratarse de una religiosa
.



Una suave y melodiosa voz anunció la salida de nuestro vuelo,me despedí entre sollozos de mamá, y me encaminé hasta el avión,las piernas me temblaban mientras subía las escalerillas; al llegar arriba un simpático y amable azafato me condujo hasta mi asiento,el contiguo había sido ya ocupado, nos abrochamos el cinturón y el piloto inició el despegue, todo transcurría con normalidad.




Algo más serena saqué de la mochila mis gafas, un libro y empecé a devorarlo, la lectura de ese capítulo me tenía tan ensimismada que no era consciente en absoluto de lo que estaba sucediendo a mi alrededor hasta que unos gritos y voces en el pasillo me alarmaron haciéndome salir de mi abstracción; una figura de mujer, cuyos rasgos me resultaban conocidos,repetía en tono amenazante una y otra vez:




-Son los designios de Dios, lo escucho cada día vaya dónde vaya, esté dónde esté, debo llegar hasta las Islas Fayal y luchar contra el anticristo esta misma noche, el fin de la humanidad puede estar próximo sino consigo acabar con el plan de esos seres inmundos, en nombre de Dios ¡ayudadme!, o de lo contrario sus frágiles vidas correrán peligro.




Todos la mirábamos horrorizados, paralizados, sin saber cómo reaccionar; de pronto el silencio enmudeció todo, ella alzó su camisa y pudimos ver una bomba adherida a su cintura, un pequeño artilugio que amenazaba con hacer explotar si el capitán no seguía al pie de la letra las instrucciones que ella misma le daría. Nadie podía dar crédito a lo que estaba ocurriendo, el avión había sido secuestrado.




Los minutos siguientes fueron de infarto, carecíamos de información y todo eran conjeturas por parte de los pasajeros, apenas transcurrieron unos minutos que a mí me parecieron una eternidad cuando desde los altavoces escuchamos la preocupada voz del capitán que anunciaba un cambio de rumbo en nuestro destino, la nueva ruta nos conducía hasta Las Islas Azores. Al parecer, como pudimos conocer más tarde, todo intento de diálogo con nuestra fanática pasajera fue en vano, sus amenazas doblegaron a la tripulación que optó por aceptar sus condiciones para evitar una tragedia aérea.




Sentimos como el avión viraba bruscamente y volaba sobre su objetivo mientras contemplábamos la desencajada cara de nuestra secuestradora que arrodillada rezaba y exclamaba alabanzas al Altísimo, pistola en mano. Súbitamente se incorporó ante la presencia de una azafata que le susurró algo al oído, antes que las dos siluetas desaparecieran de nuestra retina pudimos ver como nuestra raptora extraía de su mochila algo similar a un chaleco salvavidas que resultó ser, como nos dijeron más tarde el paracaídas que le permitió llegar a a su ansiado destino.




Lo que ocurrió después os lo podéis imaginar, ya fuera de peligro volamos hasta Madrid, en Barajas el despliegue policial , sanitario y de medios de comunicación fue brutal. Los periodistas nos avasallaban con sus preguntas, todas las cadenas pugnaban por la exclusiva, por dar más detalles morbosos que subieran las audiencias.




Creo que era la primera vez que me alegraba de ver a papá, él me abrazó con ternura sin preguntar nada. Tras el emotivo encuentro telefoneamos a mamá para comunicarle que todo iba bien, todo había quedado en un susto y no tenía de qué preocuparse.




La ronda de interrogatorios que sufrimos por parte de la policía fue de gran ayuda en los trabajos de identificación y búsqueda de la presunta secuestradora. Dos días después del secuestro agentes policiales de Fayal arrestaron a cinco mujeres francesas que respondían a su descripción .




El excelente trabajo y las magníficas pesquisas realizadas por este cuerpo policial señaló a la de menor edad, una joven de 24 años cuyo nombre responde a las iniciales A. M con problemas psiquiátricos como la autora del secuestro . Según declararon los médicos que la trataban en el Hospital psiquiátrico del que se escapó, sus continuos brotes psicóticos le impedían hacer una vida normal hasta tal punto que tuvo que ser internada.




- Siempre demostró un gran interés que rozaba la obsesión por los festivales religiosos de estas preciosas Islas. Afirmaba uno de sus psiquiatras.




A día de hoy A .M se encuentra pendiente de juicio, según la prensa francesa su abogada solicitará la reducción de la pena basándose lógicamente en los informes médicos que avalan sus problemas mentales.




En cuanto a mí, aquí sigo disfrutando , entre comillas, de mis días de vacaciones, después de todo no ha sido tan malo compartir nuevas experiencias con mi padre y descubrir los fantásticos lugares y rincones que salpican su país. Ahora, eso sí, tengo clarísimo que mi regreso a París lo realizaré en tren. ¡ Au revoir !.




sábado, 6 de marzo de 2010

UNA PÁGINA DEL DICCIONARIO




Limpiando las estanterías de casa encontré uno de esos diccionarios escolares al que le faltaba la cubierta , apenas sin darme cuenta lo abrí por las páginas 224 y 225 . En una ojeada rápida las visualicé , ahí estaban , altivas ellas , dándose la espalda , en riguroso orden alfabético , la maraca , el marcapasos , el marciano , la marmota , el marrón......

De pronto , el marciano supuesto habitante de Marte , abdujo a la marmota que dormía plácidamente al calor de las páginas . El animal cabreado lo mandó a hacer gárgaras , pero él prefirió hacer oídos sordos , bastante tenía ya con escuchar el ruído de las maracas , sus continuas percusiones acabarían por volverlo loco y terminaría solicitando permiso a la Real Academia de la Lengua Española para que le permitiera mudarse a una página menos ruidosa .

En esto y con tanto sobresalto , él pobre , que padecía del corazón comenzó a sentirse mal y ahí interviene el marcapasos que desde su posición comienza a enviarle descargas electricas que alivien su dolor .

Menudo marrón le ha caído a este pobre extraterrestre, pensó este color , mientras la marmota algo más espabilada se dedicaba a roer esta página del diccionario .