Cueveña de nacimiento, vine al mundo un 2 de Febrero de 1812 en un pequeño pueblo de la Serranía de Ronda llamado "Cueva del Becerro", con gran tormento para mi pobre madre que estuvo a punto de morir durante el parto. Me llamaron Candela por nacer precisamente el día de de la Candelaria a quien mis padres tenían una gran devoción pero en toda la serranía Rondeña me conocen popularmente como " la torbellino" por lo impetuoso de mi espíritu y de las acciones que acompañan mi alborotada vida.
Convertirme en lo que actualmente soy lo debo a la prematura muerte de mi padre que fue culpado erróneamente de asesinato. Su esposa, mi madre, quedó viuda desamparada con seis bocas que alimentar y a mí como hija mayor me tocó abandonar la quietud de mi vida y de mi pueblo para echarme al monte haciéndome discípula de uno de los bandoleros más famosos de estas tierras y desde entonces me dedico al peligroso arte de robar y saquear al más rico para beneficiar al más pobre.
Aquí en la sierra todo se reparte y se comparte, sobre todo las penurias de esta arriesgada y azarosa vida; siempre en un ¡ay!, siempre escondiéndose y buscando escondrijos para evitar que los alguaciles de turno nos capturen y acabemos entre rejas o algo peor ¡ ¡No me importa!, yo he sido la artífice de mi propio destino.
Convertirme en lo que actualmente soy lo debo a la prematura muerte de mi padre que fue culpado erróneamente de asesinato. Su esposa, mi madre, quedó viuda desamparada con seis bocas que alimentar y a mí como hija mayor me tocó abandonar la quietud de mi vida y de mi pueblo para echarme al monte haciéndome discípula de uno de los bandoleros más famosos de estas tierras y desde entonces me dedico al peligroso arte de robar y saquear al más rico para beneficiar al más pobre.
Aquí en la sierra todo se reparte y se comparte, sobre todo las penurias de esta arriesgada y azarosa vida; siempre en un ¡ay!, siempre escondiéndose y buscando escondrijos para evitar que los alguaciles de turno nos capturen y acabemos entre rejas o algo peor ¡ ¡No me importa!, yo he sido la artífice de mi propio destino.
Ahora ando en amoríos con un compañero bien aguerrido, alto moreno, de ojos rasgados y manos grandes, guapísimo que me tiene a maltraer. No se como acabará ésto, y si en estas circunstancias nuestra relación podrá durar pero, ya lo hemos hablado, y estamos de acuerdo en seguir adelante con ello.
Quizás, si nada lo impide, dentro de algunos años, me replantee este modo de vida muy lejos de aquí y el futuro me brinde la oprtunidad de formar una familia al calor del hogar, pero hasta entonces seguiré con mis corredurías con sus venturas y desventuras en las tierras que me vieron nacer.