viernes, 17 de junio de 2011

PREFIJOS

Ella le gritaba: ¡eres un solente! y tú una carriada. Él trodujo una mano en el bolsillo,y trajo un diminuto papel, cuya letra era mensa.Comenzó a leer y visar su contenido.
María mientras tanto,se hacía de su foulard que le axfisiaba, mientras escuchaba las pertinentes estupideces de su móvil pareja. Nuestra relación es reversible, no hay marcha atrás. sigues siendo el mismo fantasma confundible que me presionó hace unos años. ¡Largo. márchate. no quiero volver a verte!.

Él era un potente y mirándola fijamente a los ojos, todo él dolente se dispuso a forzar su retirada.