
Pilar se siente cansada, ya no puede más, harta de dar sin recibir nada a cambio,tan sólo golpes y más golpes, ha decidido huir, desaparecer,cobrar una nueva identidad e iniciar una renovada vida alejada de su impune maltratador.
Ha cambiado su imagen, ha acortado y teñido su melena, ha recogido sus más apreciadas y escasas pertenencias y sus pasos la han llevado hasta ese maltrecho motel de carretera.
Está asustada, oye pisadas en el pasillo y todo su amoratado y dolorido cuerpo tiembla; pero se dice a sí misma que ha de ser fuerte, para ella, ella lo es todo, nadie le puede ayudar, no tiene nadie en quien confiar, no puede derrumbarse.
Da vueltas sobre la cama nerviosa, no puede conciliar el sueño, enciende la luz, se sienta a los pies de la cama, extrae de entre sus senos un manoseado folleto de horario de trenes; ahí esta, la salida hacia ese futuro incierto está prevista a las 8:00 a, esta hora se iniciará el camino hacia su libertad.
Libertad para pensar, actuar, decidir, hablar, para vivir. Vuelve a recostarse y adormilada se desea a sí misma una vida paciente y sin dolor. Ha ocultado su nueva verdad a todos, nadie puede saber nada, ya nadie es fiable, si llegara a oídos de su maltratador estaría perdida.
Por fin el sueño la vence más cuando despierta hay alguien a su lado, es él, la persigue nada ha cambiado, las heridas aun no han cicatrizado.
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