
Desde la ventana de mi dormitorio , recien levantada , observaba ansiosa aquel personaje un tanto estrafalario . Llamaba la atención por su porte snob y diferente a los demás transeúntes , de su mano pendía un maletín de piel que debía haberle costado muy caro .
Caminaba con diligencia todas las mañanas cuando mi ciudad casi no había despertado , siempre a la misma hora , transmitíendo seguridad , parecía controlarlo todo , hasta casi el tiempo .
En su rutina solía detenerse durante unos segundos frente al polvoriento escaparate de una de esas tiendas de barrio que parecen estar allí desde hace una vida , con su viejo mostrador de madera , su decoración obsoleta , pasada de moda al igual que sus artículos , dependientes y compradores .
Parecía mostrar mucho interés por uno de los maniquíes que prestaban su servicio en aquel comercio ; aquel muñeco descolorido , desconchado , falto de uno de sus apéndices y encorsetado por un anticuado traje azul marino , con su camisita y corbata a desjuego .
Pude conocer , por María , " cotilla " de aquella acera , la noticia que corrió como polvorilla por entre los convecinos , que aquel mi apuesto y flamante hombrecito se trataba de un famoso diseñador de moda , de esos , como ella se jactaba decir , que salían por la tele y exponían sus modelos sobre las pasarelas más importantes de nuestro país y del extranjero .
Al parecer fue su progenitor quién esculpió ese maltrecho maniquí dándole vida entre sus maduras manos y él en su nostalgia por recuperar el pasado mandó restaurarlo y darle un aire nuevo más acorde con el conjunto de las salas y modelos de las colecciones que debería exhibir .
Más la historia de este diseñador como recogieron los medios de comunicación de todo el país no terminó del todo bien ; cuentan que perdió la cordura escuchando los lamentos y sollozos de su maniquí al que veía , contaba a sus conocidos , errar día y noche implorándole que lo devolviera al lugar del que nunca hubiera debido haber salido .
Lo encontraron muerto sobre la cama de su lujoso dormitorio apenas contaba 30 años , al parecer de una sobredosis . Nunca se supo como ni quién devolvió al maniquí de su desgracia al escaparate que lo vió envejecer .
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